Licenciado para emprender

                                                         decisiones

¿Qué criterios usan los jóvenes para definir la profesión que deben seguir? ¿Son adecuadas las motivaciones que los están llevando a tomar esta decisión tan importante de su vida?

En América Latina, existen dos preocupaciones, que llevan muchas veces a tomar decisiones equivocadas. La primera razón es la necesidad de obtener dinero y la segunda es la de ganar un estatus en la sociedad. Hoy en día, debido a la gran cantidad de profesionales, el primer aspecto ya no está asegurado, pero el segundo punto es aún el paradigma que domina muchas mentes. Vemos gran cantidad de jóvenes en las facultades, que no van motivados por el significado de la praxis de su futura profesión, sino por el afán de ser reconocidos en su entorno por el título que pueden tener. Van pregonando y orgullosos diciendo que son abogados o ingenieros, aunque no tengan trabajo.

No soy partidario de esa corriente que sugiere que se deben cerrar aquellas facultades que ofrecen “un exceso” de profesionales en una determinada área. En varios lugares escuché que por ejemplo deberían cerrarse las facultades de Derecho, porque ya existen muchos abogados. Esto me parece un gran error, porque el problema no es la cantidad sino la calidad, pero sobretodo que esos jóvenes que están siguiendo una profesión tengan la vocación apropiada, y no dejarse llevar por el cuento de que cierta carrera profesional es “el futuro”. Aunque en parte tienen razón, porque puede ser el futuro, pero de su frustración.

Ningún joven tiene que sentirse obligado de ir a la universidad. Con esto no quiero decir que estudiar en la universidad sea malo, todo lo contrario, creo que cada ser humano tiene diferentes tipos de competencias personales. Algunos podrán desarrollar sus talentos estudiando una carrera técnica o universitaria. Y por otro lado, existen casos de personas con competencias particulares que a veces los sistemas educativos no son suficientes, y en vez de impulsarlos a crecer los limita. Veamos una pequeña lista de grandes emprendedores, solo tres nombres: Steve Jobs, Bill Gates y Mark Zuckerberg. Estas tres personas ingresaron a las universidades más prestigiosas del mundo, pero terminaron retirándose para enfocarse en sus emprendimientos, que hoy irónicamente son objetos de estudio en diversas casas de estudio.

Hace un par de semanas estaba brindando una charla a microempresarios, y una cosa que les sugería era que no intenten apagar el impulso de emprender que pueden tener sus hijos. Lo que pasa, es que muchos, creen erradamente que sus hijos no deberían involucrarse en su negocio y deberían dedicarse exclusivamente a estudiar. Le decía: Señores, si sus hijos quieren aprender del negocio, déjenlos, que aprendan, usted no se imagina que quizás continuando ese legado que usted ha empezado, les permitirá ser más exitosos en la vida, antes que quedarse con un pergamino colgado en la pared de su casa. No estaría nada mal que en paralelo también se hagan acreedores de una gran profesión: la licenciatura para emprender. ¡Que tenga una excelente semana! ¡Dios le bendiga!

©Guillermo Cabanillas Holguín, 2016. Puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.