No quiero caer en el juego de las especulaciones, y darme de falso profeta económico adivinando que va a pasar con el tipo de cambio. Si sube o baja, tal y como anuncian economistas o periodistas, a veces generando tal susto en las personas, que piensan que todo ya se hunde y algo se tiene que hacer para refugiarse del posible “colapso” económico.
Como me comentaba un amigo que trabaja en banca de inversión de una multinacional: “No te puedo decir que pasará con el dólar americano porque sería engañarte y alucinar un poco. Quizás siga subiendo, pero también puede ser que baje de un día a otro, nada se sabe.” Esta postura tiene mucho sentido, porque el dólar americano como divisa, al ser una moneda que no tiene un respaldo en metálico, su principal fortaleza es la confianza que da a los agentes económicos, su país emisor que es Estados Unidos.
Como venimos observando en las diversas economías de América Latina, el dólar estadounidense en lo que va del año se apreció considerablemente con respecto a las monedas locales. Dependiendo del nivel de importaciones de cada país, se puede ir reflejando en el encarecimiento de algunos productos, lo cual genera inflación. Para los exportadores la situación es diferente, ya que muchas de sus inversiones y sus gastos locales los realizan en moneda nacional, pero reciben el pago en moneda estadounidense, lo que les permite aumentar sus niveles de liquidez, y a la vez tienen la posibilidad de manejar sus precios de venta y ser más competitivos en el exterior. Esta medida la ha tomado China al devaluar su moneda, el yuan, para hacer aún más competitivas sus exportaciones; afectando por otro lado a los países exportadores a China, ya que los chinos ahora les compran menos. Este golpe asiático ya viene trayendo rezagos a varias economías, que dependían de las demandas de este gigante país.
Al ser un factor de confianza, el avance de la recuperación de los Estados Unidos, después de su última crisis financiera, ha sido un factor determinante para el fortalecimiento de su moneda. Por otro lado, existen rumores y en economía los dimes y diretes son comidilla de los especuladores, de que la Reserva Federal-FED (la banca central estadounidense) aumente sus tasas de interés de referencia. Lo cual motivaría a que se encarezcan los créditos en dólares, y por otro lado aumenten los pagos de intereses por ahorros en esta moneda. Eso haría que grandes capitales migren a dólares (algo que ya sucedió en muchos casos) por la confianza y rentabilidad que les daría esta moneda. Pero tal como sabemos, la FED se reunió el mes pasado y su decisión fue no aumentar la tasa y mantener las cosas como estaban en política monetaria. Así que por varias semanas de expectativa muchos ganaron y otros perdieron.
Aquí todo se resume a confianza, se quiera o no, Estados Unidos por el momento (aclaro esto porque la situación puede cambiar, nadie está seguro) es la economía más poderosa del mundo. Y debemos ver este tipo de situaciones de fluctuación de tipo de cambio como una oportunidad para los emprendedores locales, para enfocarse en elaborar productos con insumos nacionales. Se pone a prueba la creatividad para ampliar el abanico de opciones en el mercado, mejorar la calidad y proyectarse a exportar. Son situaciones que no debemos desperdiciar, para ser más competitivos y aumentar nuestra rentabilidad. Algunos ven crisis, otros ven el impulso para ser grandes. ¡Que Dios le bendiga y guíe!
© Guillermo Cabanillas Holguín, 2015. Puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.