Cada vez existen nuevas maneras de hacer las cosas, pero el orgullo de creer haber logrado todo, hace que la mente se bloquee y no de paso a un nuevo conocimiento.
Todos saben que el aprendizaje nunca acaba, pero a pesar de eso muchas veces se cree erróneamente que los años de experiencia son suficientes para que una persona se desempeñe de la mejor manera en una organización, amparándose del dicho popular que “el diablo más sabe por viejo”. Los saberes, la tecnología y las soluciones evolucionan. Cada vez existen nuevas maneras de hacer las cosas, pero el orgullo de creer haber logrado todo, hace que la mente se bloquee y no de paso a un nuevo conocimiento. En otro plano, existen jóvenes que están empezando sus respectivas carreras y ya empiezan a disfrutar de las primeras chispas de éxito, pero alimentados por los excelentes comentarios y “likes” de sus pseudo amigos de las redes sociales, ya se sientes pequeños “divos” o “estrellas” que están conquistando el mundo. Lamentablemente, la inmadurez (sin importar la edad) puede hacer que la autoestima crezca a niveles tan altos, que los convierta en arrogantes coleccionistas de “likes”. Situación que les nubla la mente, y no les permite observar sus errores, porque para su falso entorno son los mejores en todo.

El demente emperador romano Calígula con la venia de sus senadores, nombró cónsul a Incitatus (su caballo de carrera). Quien se atrevía a contradecirlo, era enemigo del emperador y probablemente destinado a la pena de muerte. Hoy muchos dicen, ¡Que enfermo este Calígula! Pero sin darse cuenta, son como él en un nuevo contexto, no permitiendo que nadie les haga ver la realidad cuando no es a su favor. Y quien se atreve, lo consideran enemigo declarado que hay que sacar del camino, a veces con la “pena de muerte” (el despido).
Un amigo tiene una frase que viene como anillo al dedo: “Mucha bondad da miedo”. Y esto es así, porque nada es perfecto, todos los seres humanos tenemos la tendencia a errar, la misma Biblia dice que “no hay bueno ni uno solo” (Romanos 3:12). Para que nuestra organización sea más competitiva, tenemos que tener en cuenta algunas cosas muy importantes: En primer lugar, tener cuidado con los incondicionales, que son aquellos que siempre dan la razón a todo, es necesario hacer un análisis realista de toda situación, observar aquellas debilidades y amenazas que afectan a la organización. En segundo lugar, no dejar de aprender, se tiene que tener la humildad y honestidad para aceptar cuando no se cuenta con un conocimiento determinado (existe gente que tiene terror de decir: No lo sé). Y tercero, rodearse de los mejores, de aquellos que no tienen problemas para expresar la verdad y proponer soluciones para arreglar los aspectos negativos.
Finalmente, como dice otro dicho popular: No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. El reinado del egocentrista Calígula terminó en una conspiración, eliminado por su propio entorno que le decía “sí” a todas sus ocurrencias, pero que en el fondo no lo soportaban. Tengamos cuidado de sentirnos indispensables y comportarnos de manera arrogante, porque en ese momento nuestro entorno, estará a la espera de nuestra salida, y quizás no duden en traicionarnos para tomar nuestro lugar. Que Dios le bendiga y guíe.
© Guillermo Cabanillas Holguín, 2015. Puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia