La vida es un constante ciclo de toma de decisiones, las cuales pueden traer consecuencias positivas o algunas lamentables. Y en el campo empresarial, el puesto de gerente tiene como fundamento la capacidad para tomar decisiones efectivas.
Es por eso, que para tomar las mejores decisiones, un gerente deberá de agenciarse de un sistema de información que le permita tener un panorama general de su realidad. Mientras más información tenga, más posibilidades de tomar decisiones acertadas existirán.
Pero recordemos que toda información que se recibe debe ser filtrada y evaluada. Se tiene que llevar un control de calidad de los datos recolectados, tomar aquellos que son relevantes para tener una postura congruente e imparcial, y desechar todos aquellos que no aportan información importante.
Las organizaciones están conformadas por el recurso más difícil de administrar: Los seres humanos. Cada persona está compuesta por un conjunto de paradigmas, ideologías y experiencias de vida. Esto hace que la información que se comparte en una organización, puede tener diferentes matices. Algunos trabajadores van a contribuir con informar lo justo y necesario. Mientras que otros, a veces llevados por temas personales, pueden llegar a difundir información irrelevante y dañina; creando una ola de chismes, que pueden llevar a generar malestar en la organización y atentar contra el clima organizacional.
Es responsabilidad del gerente, tener la capacidad para lidiar con información que no es saludable para el clima de la organización. Tiene que mantener la calma y no actuar sin reflexionar, debe tener como criterio de análisis el origen de los datos que ha recibido, y mantener una postura completamente imparcial, hasta no estar seguro de la medida a tomar.
En el proceso de tomar decisiones, la postura antes y después de la decisión va a determinar el peso de la “palabra” del gerente, esto puede llevar a fortalecer o debilitar su autoridad. Existen personas que toman decisiones con mucho apuro, dejándose llevar por sus impulsos y emociones, sin recolectar la información suficiente. Pero en un momento de calma, se dan cuenta que la decisión tomada no era la más apropiada, les viene el remordimiento y la necesidad de corregir el error. Este tipo de situaciones debilita el papel de un gerente, merma su autoridad y el poder de su palabra.
Por lo tanto, es mucho mejor tomarse un tiempo prudente (ni muy corto ni muy largo), agenciarse de los datos necesarios, filtrarlos mediante un adecuado sistema de información y posteriormente tomar una decisión con firmeza. Tomar decisiones no es fácil, pero es algo a lo que nos enfrentamos a diario, ya que todos somos gerentes de nuestra vida. ¡Que Dios le guíe en tomar las mejores decisiones!
© Guillermo Cabanillas Holguín, 2015. Puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia