Toda empresa debe tener como una de sus prioridades, contar con su propio espacio virtual, y no porque sea una moda de este tiempo. La razón principal de estar en la red se encuentra en los nuevos hábitos de vida de la gente. Y así como los hábitos de las personas cambian, la dinámica de las empresas también tiene que cambiar.
Vivimos la cultura del “clic” ya sea con un mouse o tocando directamente en la pantalla de un computador o un teléfono de tercera o cuarta generación. Las tiendas han sido reemplazadas por páginas web y hasta los coches de compra son virtuales. Poco a poco, hemos ido perdiendo las ganas de ir de tienda en tienda a buscar un producto.
Queremos encontrar todo en un pantallazo, con detalles que muchas veces, ni siquiera habíamos percibido cuando teníamos contacto directo con el producto. Sabemos el listado colores, las medidas exactas, el detalle de materiales que sirvieron para su elaboración. Ni siquiera hemos palpado el artículo que queremos comprar, pero en un abrir y cerrar de ojos ya hemos tomado una decisión de compra.
Ni siquiera queremos hacer una llamada telefónica, más fácil y ahorrándonos el saldo para llamadas, utilizamos el plan de datos que suele ser más económico. De esta manera, preferimos comunicamos con el vendedor mediante Whatsapp, Viber, Twitter o Facebook. Hasta para hacer reclamos es más efectivo, porque las redes sociales se han convertido en la plaza pública donde todos los transeúntes quieren saber que le pasa al vecino. Así que si existe algún comentario negativo, el emprendedor tiene que dar respuesta y solucionar el reclamo, para no caer en vergüenza y salvar la reputación que puede verse afectada y expuesta ante todo ese mundo virtual, que en la práctica es más real que nada.
A veces nos preocupamos tanto por mejorar la apariencia física del negocio, invertimos en diseñadores y arquitectos para que nos asesoren en detalles de estética. Podemos tener una excelente presencia física, pero nos olvidamos de la virtual. Hoy en día, el espacio virtual es como el alma al cuerpo. Un cuerpo sin alma, no tiene vida. Una empresa sin espacio virtual tampoco existe.
Hay factores que influyen en las personas como el tráfico caótico, clima inestable, falta de seguridad en las calles, tantas cosas que nos llevan a pensar un poco antes de salir. Y muchas veces la decisión será: Hoy no quiero salir de casa, prefiero prepararme una taza de café o una refrescante bebida, ponerme cómodo y comprar con un clic.
¡Que tenga una excelente semana y que Dios le bendiga!
© Guillermo Cabanillas Holguín, 2015. Puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia